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Overview

La planta de tratamiento de aguas residuales del noreste de Cleveland, entre Lakeshore Boulevard y el lago Erie, proporciona servicios de tratamiento de aguas residuales a más de 300 000 ciudadanos y empresas. Además, recibe y trata las aguas de lluvia de los alcantarillados combinados. Aquí se tratan un promedio de 355 000 metros cúbicos de agua residuales al día. Dado el número de alcantarillados combinados en el área a la que presta servicio, la planta necesitaba ampliar la capacidad y el almacenamiento del sobreflujo. La dirección de la planta decidió también abordar una necesidad cada vez más importante: disponer de mediciones del caudal exactas y fiables.

Una parte del programa de ampliación incluye dos túneles de almacenamiento de siete metros de diámetro, tres kilómetros de largo y a 60 metros de profundidad. Además, la capacidad de tratamiento secundario de la planta iba a aumentar hasta los 1,5 millones de metros cúbicos al día. Cuando se produjeran grandes tormentas, una parte del agua y las aguas residuales se desviaría hacia los túneles de almacenamiento, donde se retendría hasta que parase la lluvia. Cuando cesase de llover, las aguas residuales combinadas se bombearían hasta la planta para su tratamiento completo.

Las tuberías de 48” existentes disponían de caudalímetros Venturi (Dall), pero daban problemas continuamente por su naturaleza intrusiva y porque las líneas de presión diferencial están expuestas directamente a las aguas residuales. Debido a la presencia de sólidos en las aguas residuales, los medidores se obstruían frecuentemente. Ni siquiera las purgas con agua limpia conseguían mantener las líneas de impulso despejadas, por lo que tenían que limpiarse manualmente. 

Antes, la medición no era un aspecto crítico para el funcionamiento de la planta. Sin embargo, ahora que la planta busca aumentar su eficiencia, precisa una tecnología de medición exacta para controlar el caudal, un aspecto crítico de la eficiencia en la planta.

La planta demandaba medidores con un montaje y un mantenimiento sencillos. Pidieron una demostración in situ a varios fabricantes de caudalímetros. La mayoría no ofreció un buen rendimiento. Uno de ellos ni siquiera consiguió señal. Por suerte, había un medidor con una señal potente y una buena relación señal/ruido: un caudalímetro ultrasónico FLUXUS no invasivo de FLEXIM. 

Uno de los problemas en los puntos de medición fue la ausencia de los tramos rectos prolongados que necesitan la mayoría de caudalímetros para ofrecer exactitud en las mediciones. Los ingenieros de FLEXIM tenían la solución. Colocaron un caudalímetro de dos canales con dos parejas de sensores en la misma línea, de modo que el medidor realiza un promedio de los canales. Este principio de haz múltiple mantiene una exactitud elevada incluso con tramos rectos del tubo limitados. El resultado fue una medición mucho más coherente y repetible que la de los antiguos medidores Venturi.

A diferencia de los medidores Venturi, los caudalímetros clamp-on ultrasónicos FLUXUS no están expuestos al caudal. Como ventaja añadida, los operadores de la planta no tuvieron que cortar la línea para instalar el medidor, ni se precisa ningún trabajo de mantenimiento. Los doce caudalímetros FLUXUS instalados llevan funcionando sin problemas desde hace tres años y ya hay planes en las obras para instalar 50 medidores ultrasónicos adicionales.